
El mayor derecho de la mujer
El 8 de marzo se recuerda como El Día Internacional de la Mujer, en 1975 las Naciones Unidas han institucionalizado esta fecha a nivel mundial.
Está claro que durante cientos de años la mujer fue despojada de derechos que le corresponden naturalmente, no solamente las mujeres sino diferentes grupos sociales han sufrido la negación de sus derechos, por ej. los indígenas americanos tanto hombres como mujeres fueron desplazados de sus tierras nativas y saqueadas sus riquezas, africanos tanto hombres como mujeres fueron literalmente cazados, esclavizados, sacados de su tierra natal, vendidos y llevados a diferentes lugares del mundo, los niños que en muchos lugares fueron utilizados como mano de obra barata, y podríamos seguir con una lista interminable de grupos sociales que han sufrido y a los que se les han negado sus derechos; es bueno recordarlo y tenerlo en cuenta, pero hoy queremos centrarnos en los derechos de la mujer.
Desde principios del s.XX la sociedad ha comenzado un largo y lento camino para devolver a la mujer al lugar que le corresponde y los derechos que le han privado, pero sin duda todavía falta mucho por hacer, quizás lo que falta por hacer es una de las primeras cosas que se debió haber hecho, educar, educar desde muy temprano tanto a los niños como a las niñas para que esos derechos ya no sean pisoteados, educar al hombre y a la mujer para que ya no existan conceptos machistas que terminan arruinando a unos y otros y deteriorando cada día más a la sociedad.
Más allá de las diferentes ideas de si es correcto o no tener un día para recordar los derechos de la mujer, es bueno recordar lo que dice la Biblia sobre la mujer y el lugar que le da a la mujer en la sociedad.
La Biblia muestra la inteligencia de muchas mujeres, como por ej. la Reina Ester (Ester cap.7), no solamente nos muestra su belleza, también su inteligencia y capacidad para convencer al rey de lo que debía hacer; la Biblia destaca el valor de otras mujeres, como por ej. Débora (Jueces 4:4), ella era quien gobernaba a Israel y también era profetiza, era una mujer casada pero dice la Biblia que la que gobernaba a la nación era ella y no su marido,la Biblia resalta la sabiduría y la valentía que mostró esta mujer para gobernar y liderar a Israel, aun en tiempos de guerra; la Biblia nos muestra la fuerza y el temple de Agar (Génesis 21:14) una mujer abandonada y echada de la casa con su hijo, esta mujer con mucho valor y sacrificio fue capaz de sobrevivir en el desierto junto a su hijo lo que a la larga hizo que su hijo fuera padre de muchas naciones; la Biblia nos destaca a una mujer por su fe (Mateo 15:28), Jesús muchas veces hablando de sus doce discípulos los tuvo que reprender por su falta de fe, muchas veces les dijo “hombres de poca fe”, sin embargo fue una mujer que sorprendió a Jesús por su fe y Jesús le dijo “oh mujer, grande es tu fe”.
Dios le dio un lugar especial a la mujer permitiendo que Cristo naciera de una mujer pero sin la intervención de un varón; e incluso Cristo le dio a una mujer el privilegio de ser la primer persona en verlo
resucitado en gloria, María Magdalena (Marcos 16:9) fue esa mujer; y podríamos seguir mostrando cómo Dios le da un papel relevante a la mujer, en muchas oportunidades por encima del hombre; Dios en la Biblia mostró a la mujer inteligente, sabia, valiente, mostró su fe y la revalorizó poniéndola en el lugar que le corresponde.
A lo largo de la Biblia es bien claro que Dios no pone ni al hombre por encima de la mujer, ni a la mujer por encima del hombre, la Biblia nos muestra siempre al hombre y a la mujer con la misma dignidad
delante de Dios y complementándose uno con el otro, es claro que no son lo mismo,no es igual el hombre a la mujer, Dios hizo a la mujer distinta al hombre, pero no puso al uno por encima del otro; si Dios hubiera querido que fueran iguales, no habría creado dos sexos distintos; son distintos físicamente y tienen funciones distintas dentro de la familia y dentrode la sociedad,pero tienen la misma honra delante de Dios.
Pero lo más importante de todo es entender que Dios le dio lo mejor que tenía tanto a la mujer como al hombre, Dios le ofrece tanto al hombre como a la mujer el perdón de sus pecados y la salvación a través de la muerte de Cristo en la cruz, no hay derecho más importante, más necesario y más satisfactorio para la mujer y para el hombre, que tener derecho al perdón de sus pecados y a vivir con la alegría y la paz que solo Cristo puede dar; Jesús representó esto en una frase que le dijo a una mujer, “el que beba del agua que yo doy nunca más tendrá sed. Porque esa agua es como un manantial del que brota vida eterna.” ningún derecho terrenal te puede dar eso, por eso si todavía no hiciste uso de este que es tu mayor derecho, te invito a que pongas tu vida en las manos de Cristo.
Te espero en nuestras reuniones para comenzar a disfrutar tu más importante derecho, beber del agua que Cristo da, el agua que da paz y felicidad.
E.B.