
En la primera parte vimos las cosas que no se pueden cambiar, el apóstol Pablo nos mostró cuáles son las cosas de la vida que no se pueden cambiar y qué debemos hacer con ellas, en esta segunda parte nos muestra cuáles son las cosas de la vida que sí se pueden cambiar, para eso seguimos viendo Filipenses capítulo 3;
7 Pero todo esto, que antes valía mucho para mí, ahora, a causa de Cristo, lo tengo por algo sin valor.
Lo primero que logró cambiar Pablo es el valor que le da a las cosas
Hasta ese momento en la vida de Pablo habían cosas que tenían un valor superior, le daba valor a las cosas que lo llenaban de orgullo, ser descendiente de una de las tribus más importantes de Israel, el haber cumplido todos los ritos judíos desde que era un bebé, haber sido un fariseo fanático que cumplía cada paso y cada detalle de la Ley; todo esto estaba en la parte superior de la escala de valores de Pablo y lo llenaba de orgullo, pero ahora Pablo se da cuenta que todo esto no tenía ningún valor, que todo esto no era lo más importante en la vida, ni la religiosidad, ni los ritos, ni sus antepasados, nada de eso tiene valor delante de Dios; desde el momento que Pablo conoció a Cristo y desde el momento que entendió el amor de Cristo, cambió el valor de las cosas en su vida, se dio cuenta que todo aquello que antes era lo más importante, ahora no tenía ningún valor comparado con lo que Cristo había hecho en su vida, se dio cuenta que lo mejor que tenía en su vida era lo que Cristo le había dado, la salvación de su alma, el perdón de sus pecados, la paz y el gozo.
Hay cosas a las que le damos un valor superior en la vida, la familia, nuestra formación intelectual, nuestro trabajo, nuestros hijos, el dinero, etc., pero cuando ponemos a Cristo por encima de todo esto en nuestra vida, todas las demás cosas las vamos a vivir con más amor, con más responsabilidad y las vamos a disfrutar de la mejor manera, Jesús dijo “Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.”, cuando Dios ocupa el primer lugar en la vida, Dios nos da en la medida necesaria todas las demás cosas, aprendemos a disfrutarlas y a valorizarlas en su justa medida.
Otra cosa que cambió fueron sus objetivos, sus metas,
8 Aún más, a nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, Pablo cambió sus metas en la vida, ahora su meta principal es conocer cada día más a Cristo Jesús,2
conocer lo que Cristo quiere para su vida, conocer el poder de Cristo en su vida, conocer los planes que Cristo tiene para su vida, conocer la enseñanza de Cristo para su vida.
Otra cosa que cambió Pablo es religiosidad por fe
9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;
Pablo estaba acostumbrado a vivir una vida religiosa regida por la Ley judía, su vida estaba llena de ritos y prohibiciones que solo calmaban por un rato su conciencia, pero se dio cuenta que esta religiosidad y esos ritos no le hacían alcanzar la justicia de Dios, para ser justo delante de Dios se necesita fe, la Biblia dice “el justo por la fe vivirá”, los ritos no nos hacen justos delante de Dios, solo la fe en Cristo como nuestro Salvador nos hace justos delante de Dios.
Otra cosa que cambió es su concepto del mundo, su cosmovisión
20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
Otra de las cosas que cambió Pablo es su manera de entender el mundo que lo rodea y su vida en ese mundo,
dice que su ciudadanía está en los cielos, Pablo se da cuenta que su vida en la tierra es un simple transitar que puede durar unos cuantos años, pero lo más importante es la vida eterna, esta vida es simplemente la preparación para la vida eterna,
por eso Jesús enseña Mateo 6:19 y 20:
19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; 20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
Un día nos vamos a dar cuenta que las cosas que realmente tienen valor son las que pertenecen a la vida eterna, porque tarde o temprano todo lo que tenemos aquí en la tierra no nos va a servir más para nada. Qué distinto sería el mundo si toda la gente cambiara su manera de considerar la vida, si Cristo empezara a ser el centro de la vida de las personas, seguramente habría más paz, nos preocuparíamos más por el bien general y no tanto por el propio, nuestros objetivos coincidirían con el de los demás, no habría injusticias ni rencores.
Te invito a cambiar lo que cambió Pablo, estar dispuesto a encontrar el valor real de las cosas, que el conocimiento de Cristo sea el principal objetivo de tu vida, sacar de tu vida la religiosidad y poner fe, y entender el mundo y la vida desde el punto de vista de la eternidad.
E.B.