La paz del siglo XXI depende de vos

Una de las características mayores del s. XXI es el aumento y la exacerbación  de la violencia, si bien siempre existió violencia entre los seres humanos, en este siglo la violencia se ha multiplicado, ha crecido en intensidad, se ha modernizado en los elementos que utiliza y se ha diversificado en su forma; esta diversificación ha llevado a la necesidad de identificar diferentes tipos de expresiones de violencia, por ejemplo violencia de género, violencia doméstica, bullying (violencia escolar), mobbing (violencia laboral), violencia en el deporte, violencia psicológica, violencia sexual, violencia étnica, violencia religiosa, violencia alimenticia, narco violencia, etc.

Esta situación de la violencia está profetizada en la Biblia, el Apóstol Pablo describe como sería la característica de muchas personas en los últimos tiempos:

2da. Timoteo 3:1 al 5 

"1 Debes saber también que en los últimos días, antes de que llegue el fin del mundo, la gente enfrentará muchas dificultades. Habrá gente egoísta, interesada solamente en ganar más y más dinero. También habrá gente orgullosa, que se creerá más importante que los demás. No respetarán a Dios ni obedecerán a sus padres, sino que serán malagradecidos y ofenderán a todos.Serán crueles y violentos, no podrán dominar sus malos deseos, se llenarán de odio, dirán mentiras acerca de los demás, y odiarán todo lo que es bueno. No se podrá confiar en esos orgullosos, porque actuarán sin pensar. En vez de obedecer a Dios, sólo harán lo que les venga en gana. Dirán que aman y respetan a Dios, pero con su conducta demostrarán lo contrario."

Parecería que el apóstol Pablo estaba viendo nuestra sociedad, es impresionante la actualidad de esta descripción; sin embargo lo escribió hace casi 2.000 años, por lo tanto es una profecía que se está cumpliendo y que se va a seguir cumpliendo, y no es de esperar que las cosas puedan mejorar, porque las causas de la violencia no se están revirtiendo y por el contrario cada vez se acentúan más. Ante esto la pregunta que surge es ¿hay algo que podamos hacer? o ¿vale la pena hacer algo?

Evidentemente esta situación global no va a cambiar mucho, dentro de 5, 10 o 20 años vamos a seguir asombrándonos de la violencia, incluso nos vamos a seguir sorprendiendo de la sofisticación de la violencia, tendrá nuevas formas y nuevos elementos que hoy ni los imaginamos.

Si bien la situación global de la violencia no va a cambiar, hay mucho por hacer, aunque la masificación de la violencia no cambie, lo que sí podemos hacer es ayudar a cambiar la situación personal de cada individuo, y ese cambio puede venir solamente a través de Cristo en las personas.

Hasta ahora se ha querido revertir el crecimiento de la violencia con métodos que no han dado resultado, por ej. a las cárceles las tenemos como centros de “rehabilitación”, pero en la práctica no han servido para rehabilitar a nadie, los delincuentes salen de la cárcel y gran mayoría vuelve a delinquir, incluso nuestras  mismas autoridades aceptan que las cárceles son universidades de la delincuencia; la educación en las escuelas y liceos no ha logrado mucho efecto en reducir la violencia, en algunos casos ha sido generador de violencia y en los últimos años hemos visto madres y padres generando violencia ante maestras y funcionarios de centros educativos delante de los alumnos; en el hogar tampoco se ha logrado revertir este tema, incluso en hogares sanos y de buenas costumbres los padres prefieren enseñarle a sus hijos más bien a saber defenderse de los demás que hablarles en contra de la violencia; lo que se ve en la tv o a través de internet tampoco ayuda y en muchos casos se idealiza al violento en lugar de criticarlo; otras veces no se lo idealiza al delincuente pero se lo justifica, algunos políticos dicen que los delincuentes de hoy son producto de las crisis económicas de otros tiempos y que la desigualdad social los llevó al odio, por lo tanto el delincuente termina siendo solo una víctima del sistema; con todas estas formas de pensar parecería que nada se puede hacer más que aceptar la situación de brazos cruzados; pero a pesar de todo hay algo que los cristianos podemos hacer para cambiar la situación de los que están alrededor nuestro, podemos compartir la Palabra de Dios, podemos mostrar la esperanza que existe en Dios, podemos mostrar que el único cambio efectivo en el ser humano es el cambio que empieza con la fe en Jesucristoy que Jesucristo es el único que puede cambiar a la persona.

No podemos esperar grandes cosas para el futuro en cuanto a la paz, es claro que la paz del s.XXI es la paz individual que puedan alcanzar aquellas personas que entregan su corazón a Dios, no esperemos nada de nadie, solo Cristo puede cambiar el corazón de los que le buscan de verdad, y la tarea de mostrar a Cristo al mundo depende de cada uno de los cristianos, podemos decir entonces que la paz del s.XXI depende de vos y de mí y de millones de cristianos en todas partes.

E.B.